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En Su Corazón

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El Primer Latido

¿Alguna vez has sentido que un santo te “persigue”? Esos momentos en los que un santo en particular empieza a aparecer una y otra vez — su nombre, su imagen — hasta que te preguntas si el Cielo está tratando de llamar tu atención.

Después de mucho discutir y poner excusas, finalmente lo rendí todo al Señor. Mis planes cuidadosamente trazados se fueron por la ventana, y pronto me encontré mudándome a Ohio para estudiar Teología y Psicología en la Universidad Franciscana.

En los meses previos a esa mudanza, comencé a ver el Sagrado Corazón de Jesús por todas partes. Sé lo que estás pensando: “Mari, esa es una imagen común.” Es cierto — pero esto se sentía diferente. Era como si ese Corazón me siguiera de una manera muy personal e inconfundible.

Todo empezó de forma sencilla: destellos en autos, en muros de iglesias, en estampas de oración. Luego, durante mi primera visita a la Universidad Franciscana, el tema de todo el evento era el Sagrado Corazón. Había obras de arte suyas en cada rincón. Más tarde, cuando ya era estudiante, fui a la capilla a orar y encontré un rosario de madera. Cada cuenta del “Padre Nuestro” tenía grabado el Sagrado Corazón — y en el centro había la imagen de un santo sosteniendo ese Corazón. Más tarde supe que era San Juan Eudes, uno de los primeros en difundir la devoción al Sagrado Corazón.

Cuando le mostré el rosario a una amiga, ella se quedó sin aliento. Me contó que había estado orando, sintiendo que debía entregar ese rosario a la persona que el Señor quisiera — y aparentemente, esa persona era yo. Entre ese momento y una experiencia poderosa durante la Adoración, cuando percibí la imagen del Sagrado Corazón en la oración, supe que necesitaba aprender más. Esa búsqueda me llevó a Santa Margarita María Alacoque, la vidente a quien Jesús reveló Su Sagrado Corazón.

 

La Santa que Nos Mostró el Corazón de Jesús

Margarita María nació en 1647 en Borgoña, Francia. Perdió a su padre cuando era muy joven y sufrió maltrato por parte de sus familiares. También padeció una enfermedad grave que la dejó postrada en cama durante cuatro años. Su sufrimiento físico la acercó más al Señor — algo con lo que me identifico profundamente, pues también he enfrentado desafíos de salud desde niña.

Eventualmente ingresó a las Hermanas de la Visitación en Paray-le-Monial, Francia fundadas por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca de Chantal. Su tiempo allí no fue fácil. Incomprendida y probada, soportó muchas dificultades que purificaron su alma y la atrajeron más profundamente al Corazón de Cristo. Pasaba largas horas ante el Santísimo Sacramento, donde —como luego escribió— Jesús le “enseñaba los secretos de Su Corazón amante.”

En diciembre de 1673, Jesús se le apareció. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor y ceñido con una corona de espinas. Le dijo:

“Mi Divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres, que ya no puede contener dentro de sí las llamas de su ardiente caridad. Debe derramarlas por medio de ti.”

Esta fue la primera de cuatro apariciones.

Pero sus revelaciones no fueron creídas de inmediato. Santa Margarita María fue objeto de burlas, ridículo e incluso rechazo por parte de sus propias hermanas del convento — hasta que un sacerdote jesuita, San Claudio de la Colombière, se convirtió en su director espiritual. A través de la oración y el discernimiento, reconoció que sus experiencias eran auténticas. Él ayudó a difundir la devoción al Sagrado Corazón, incluyendo los Nueve Primeros Viernes, las Horas Santas de reparación y las Doce Promesas reveladas a Santa Margarita María para quienes honran y promueven esta devoción.

 

Por Qué Me Cautiva

el Sagrado Corazón

Amo esta devoción porque es cruda y vulnerable. El Sagrado Corazón no es un símbolo sentimental — es el Corazón literal, ardiente y herido de Jesús. Un corazón humano, coronado de espinas, traspasado por la cruz y encendido con amor divino.

El amor no es solo un sentimiento cálido. Es sacrificio. Es entregar la vida por el amado. Es vulnerabilidad — y Jesús nos muestra perfectamente cómo se ve eso.

En mis momentos más difíciles, solo he encontrado descanso y consuelo en Su Corazón, especialmente en la Eucaristía, donde estamos en Su presencia y podemos recibir Su mismo Corazón.

 

En Su Corazón Ministerio

“In His Heart Ministries” ha estado en mi corazón por años. Es sencillo:
Quiero que las personas sepan que son amados, que no están solos y que Dios tiene mucho más preparado para ellos. Él anhela sanar nuestras mentes y corazones, liberarnos del miedo y atraernos hacia Su amor ardiente.

Cómo hispana, he notado una gran necesidad de más recursos católicos en español. Por eso, In His Heart Ministries / En Su Corazón está dedicado a ofrecer recursos bilingües y oportunidades para servir a la comunidad hispana — invitando a todos a conocer más y adentrarse en el Corazón de Cristo.

No sé exactamente a dónde llevará el Señor este ministerio, pero sí sé una cosa:
Nuestros corazones le pertenecen a Él.
Él desea consumirnos en Su amor — completamente, gozosamente, misericordiosamente.
Él está contigo. Te ve. Y está locamente enamorado de ti.

Remain in his heart

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 "I need nothing but God and to lose myself In His Heart."  St. Margaret Mary Alacoque

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